15 Sep Inhaladores en las enfermedades bronquiales
Los inhaladores en las enfermedades bronquiales constituyen el mecanismo esencial en la administración de sus tratamientos. Son dispositivos que utilizan el aire inspirado como vehículo para la administración de fármacos al organismo. Son el sistema de elección para el tratamiento de las enfermedades de los bronquios.
Ventajas de la vía inhalatoria
Mediante esta vía de administración de fármacos en las enfermedades bronquiales conseguimos:
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- En primer lugar que el fármaco alcance rápidamente su objetivo: las vías respiratorias.
- Un acceso directo al lugar donde tiene que ejercer su actividad.
- De este modo conseguimos la acción terapéutica deseada con dosis más pequeñas, habitualmente de unas millonésimas de gramo (microgramos).
- Por lo tanto los efectos secundarios serán mínimos. Ya que el medicamento prácticamente no va a alcanzar al resto de órganos y tejidos del organismo.
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Fármacos habitualmente empleados en vía inhalatoria
Los fármacos mayoritariamente utilizados por vía inhalatoria son los broncodilatadores (que aumentan el calibre de los bronquios) y los corticoides (que disminuyen la inflamación de los mismos). El asma bronquial y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son enfermedades muy frecuentes. En ellas se concentran la mayoría de las indicaciones de uso de estos medicamentos.
Existen otros fármacos (antibióticos, antifúngicos, mucolíticos,…) que también están disponibles para uso por vía inhalatoria. Aunque su uso es menos frecuente al estar indicados en enfermedades bronquiales menos habituales (p.e. fibrosis quística).
Frente a los beneficios anteriores… un pequeño inconveniente: su correcta utilización. Así, ningún fármaco va a ser completamente eficaz si no es administrado adecuadamente. Los niños, los ancianos, las personas con otras enfermedades (neurológicas, reumatológicas,…) pueden ser incapaces de utilizar determinados sistemas de inhalación.
Es por ello que la eficacia de un tratamiento requiere de la combinación del principio activo adecuado con un sistema de administración que el paciente sea capaz de realizar (por sí mismo o con ayuda de otra persona).
Sistemas de inhalación
Los inhaladores empleados en las enfermedades bronquiales pueden agruparse en tres mecanismos:
Cartuchos presurizados
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- Es una pequeña bombona que contiene el medicamento y un propelente. En cada pulsación se libera una nube de gas con una dosis precisa del fármaco.
- La dificultad en su manejo radica en que es necesario sincronizar la pulsación con la inspiración. Este inconveniente se puede solventar con el uso de una cámara de inhalación.
- Empleados con la cámara de inhalación son los más útiles en niños pequeños y ancianos.
Inhaladores de polvo seco
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- El principio activo se halla en una pequeñas partículas de polvo.
- Es el paciente quien debe aspirar enérgicamente el polvo para que alcance las vías respiratorias.
- Los niños, los ancianos y enfermos crónicos pueden no tener la fuerza inspiratoria suficiente para inhalar el polvo.
Nebulizadores
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- Es el sistema utilizado en las urgencias y en aquellos casos en los que el paciente no es capaz de utilizar los dispositivos anteriores.
- En este caso no es necesaria la colaboración por parte del enfermo.
- El nebulizador crea una «niebla» que contiene el fármaco mezclado con un disolvente (habitualmente suero salino) para que el paciente lo respire a través de una mascarilla.
- Por lo tanto no requiere ningún esfuerzo ni coordinación por parte del enfermo.
- El inconveniente es su aparatosidad y falta de portabilidad.
Para una información más detallada, puedes consultar los siguientes enlaces:
Imagen: Wellcome Library no. 13261i (https://wellcomecollection.org/works/yuav3gup)